Vemos muy a menudo a filósofos como Peter Singer condenar la matanza indiscriminada de animales pero defender el aborto y el infanticidio. Sin embargo, aunque no se suela vincular, la industria cárnica y la industria abortista tienen muchos puntos en común por lo que lo coherente sería luchar contra los excesos de ambas como hizo Gandhi ( «Me parece tan claro como la luz del día que el aborto es un crímen», «El grado de desarrollo de una civilización se mide por cómo trata a sus animales»).
Estas son algunas de las similitudes:
- Consignas anticientíficas: «no es un ser humano» (aborto) y «no comer carne es malo para la salud»
- Tortura: el aborto mata violentamente a un ser humano y la industria cárnica a millones de animales.
- Negocios multimillonarios: 22.168 millones de euros facturó la industria cárnica en 2014. La industria del aborto a generado 758.000 millones desde su despenalización. Además muchas industrias testan sus productos en animales antes de sacarlos al mercado o incluyen restos de fetos humanos en sus productos.
- Ocultación de la realidad: «si los vientres fueran de cristal el aborto se acabaría» es igual de cierto que «si los mataderos fueran transparentes se acabarían». Ambas industrias ocultan la realidad (como este anuncio de Campofrío que ridiculiza a los vegetarianos pero no habla de las condiciones de sus cerdos) y la única forma de acceder a ellas es mediante investigaciones clandestinas. (Ver Planned Parenthood exposed o los reportajes de Igualdad Animal).
- Quienes conocen a fondo la realidad acaban abandonando su profesión: ver doctores arrepentidos y ex trabajadores mataderos.
- Antinaturales: el aborto finaliza un proceso de manera antinatural y la industria cárnica hormona a los animales para aumentar la producción de carne.